lunes, 26 de septiembre de 2011

Ah, no sé

por qué pero de repente me acordé de vos. ¿Cómo estás? ¿Dónde? Cómo me
gustaría estar tomándome unos mates con vos, sentados en los banquitos
plegables en  la cocina de tu casa. Acá no se consigue yerba; voy a
ver si en Quito hay algo. Me acuerdo de tantas cosas. ¿Seguís yendo a
Bella Vista cada tanto? ¿Seguís con Mauro? ¿Con tela? ¿Con la
pizzería? Qué ricas esas empanadas...
Beso.
M.

Re: de repente tu nombre

pero decís qeu Maxi es vodoo y umbanda? jaaa
Qué loco, las conexiones que se arman.

estamos en una playita de Ecuador, otra. Quedamos varados acá, por
unos días. Descalzo, mucho más que en otros lugares (las calles son de
arena).
pienso que quiero escribir, y no lo intento lo suficiente (más allá del diario).

el mundo... está muy inflado. hay que tumbar los rascacielos.
aspiro a un trabajo estable, un seguro médico, jubilación digna, y
buen transporte público.

espero algún día enviarte algún relato / poesía, lo que sea... vos, tenés algo?

besos.

Feliz

cumpleaños!

Te mando un beso grande,
M.

Bu de ruido centelleante

Si estás acá, digo ahí, leyendo estas palabras, es decir esta
combinación de letras que se lee de la misma manera allá que acá,
entonces es un gran paso -estás leyendo. Me estás leyendo, a mí. Y
siento el gran poder repentino de saber que vas a seguir leyendo. No
como mi anterior mail, que ni lo abriste, y/o que lo mandaste a la
carpeta de "spam" (basura, cosas de las que ni te querés enterar; me
mandaste ahí junto con "pennis enlargement" y otras basofias que se
desparraman como petróleo apestoso en la red), o que tu sistema de
correo lo categorizó automáticamente como "spam" (como si supiera de
antemano con quién está tratando), o que lo leíste, sí, tal vez lo
leíste, una gratitud pensarlo, pensar que no fueron un montón de
palabras hiladas para perderse en la nebulosa intangible. O en una de
esas no te llegó.

He estado intentando interceptar tus energías con el objetivo de
enviarte señales telepáticas, pero ha sido en vano. Nunca supe el
contenido de las señales que te envié, por lo que soy incapaz de
reenviártelas por este medio. Tuve necesidad de platicar contigo sobre
asuntos fundamentales relacionados con la existencia, más que nada
sobre eso de las nubes -que ya lo tengo bastante incorporado, a tal
punto que no espero, ya no espero la salida del sol, y pasa que a
veces sí aparece y ahí es el momento, justito ahí, en que me doy
cuenta que el mundo no es sólo lo que yo veo, que hay otras
realidades, que hay olas mar adentro ondeando aunque yo no las vea, y
que vos, por ejemplo, que estás haciendo otro camino, estás por ahí.

Hoy pude ver, creo que por segunda vez en mi vida, un atardecer en el
mar, en un horizonte sin nubes. El sol ya no era el famoso y
archiconocido disco de oro o de fuego, sino algo más parecido a una
pizza de muzzarela o al sol de los almanaques de fotos cursis.
Entonces, ¿para qué mentir, no? Las fotos de los almanaques cursis son
verídicas. El atardecer de hoy es una de los hitos de este último
tiempo, transcurrido entre la alineación de nuestras individualidades
en Montañita y la situación individual y escindida de hoy: yo en una
playa de diez casas y un perro que está ladrando en este momento a
pocos kilómetros de Pedernales, y vos no sé dónde ni cuándo. Ni
cuándo, sí, porque si lo pensamos bien "ahora", que es una encrucijada
de tiempo y espacio, es una ficción, profundizada por los desfasajes
entre:
a) el momento en que escribo ésto, y el momento real que ya se está
yendo, se va, se vaaaaa... se fue;
b) el momento en que termine de escribir ésto, y el momento en que te
lo envíe -si es que te lo envío; y
c) el momento en que te envíe ésto, si es que te lo envío, y el
momento en que lo abrís -si es que lo abrís.
Seguramente haya más intersticios de disolución temporal, como es el
sabido hecho de que en la distancia entre un punto y otro punto
existen infinitos puntos. Imaginate, nunca llegaríamos a ningún lado,
porque el viaje sería infinito. Las dos teorías son creíbles, ¿no?
Diablos.

(...)

Te dejo intempestiva y súbitamente porque se me pasan los fideos, y
porque no quiero escribirte un libro -que además no sé si vas a leer.

(...)

Re:

quién dijo eso???
es tan paradójico como lógico como encriptado como la poesía, es decir
como las mujeres